Desde muy joven, María Teresa Fernández, se identificó con el trabajo de la tierra y la defensa de los derechos de las mujeres. En su familia aprendió desde temprana edad las tareas del campo y compartió con sus hermanos las distintas tareas por igual “Mi padre y mi madre nos enseñaron las responsabilidades parejo, a mis hermanos y a mí, todos aportábamos” recuerda.

“Hago lo que hago por cómo me criaron como me criaron mi mamá y mi papá” nos dice con toda seguridad, quien recuerda la humildad y pobreza con la que creció, en una infancia que la acercó al campo, a la tierra, visitando las fincas de sus tías y tíos paternos, viendo la importancia que significaba la tierra para ellos.

María Teresa fue una estudiante activa en la organización de su época en los 70, ya se sentían los aires de la revolución “era muy difícil que un estudiante no se involucrara nos cuenta” aprovechó su trabajo para pagar sus estudios universitarios y estudiar economía. Para luego involucrarse en la revolución y comenzar su trabajo organizándose con las mujeres.

Trabajar por los derechos de las mujeres, a vivir sin violencia, el derecho a la tierra han sido los grandes objetivos que se ha dispuesto desde la conformación de la Coordinadora de Mujeres Rurales, logrando que cientos de mujeres se organicen en cooperativas, para producir alimentos de forma orgánica.

En esta entrevista a Radio Darío, María Teresa Fernández, nos comparte su experiencia de trabajo con las mujeres del campo, sus logros en la defenza de sus derechos y el de otras mujeres y su deseo de que cada mujer rural tenga derecho a la tierra.

¿Qué significado tiene la tierra para María Teresa y la defensa de los derechos?

Mi mamá nos metió a las cosas de la iglesia desde muy pequeña, una iglesia que la construyeron pues toda la gente y formábamos parte del trabajo de la iglesia, en mi colonia El Espíritu Santo y pues todos los chavalos fuimos del grupo juvenil de los grupos donde discutíamos el evangelio en aquellos años como por el 75, 76 los religiosos comprometidos en américa Latina. Entonces eso también en parte tiene que ver con ese amor que yo fui desarrollando por la tierra, por la familia de mi papá y también la parte comprometida del trabajo de joven, pues a la luz del evangelio del Vaticano segundo y las cosas renovadas un poco de la iglesia, pues chavalos pues comprometido con toda la actividad y con la gente más desvalida y sin oportunidades, ahí viene mi compromiso que sigo teniendo y por el que sigo trabajando por las mujeres.

 ¿Cómo te acercaste a la revolución? 

Yo estudié economía y entro yo en la universidad en el 77 en el tiempo de mucha efervescencia estudiantil, de lucha, entonces mi generación pienso yo, quien diga que no participó pues no sé, pero yo igual que toda la gente joven de ese tiempo participe por todas las luchas. Es más hasta los 13 años que yo estudie en el Instituto Modesto Armijo que quedaba en el centro de Managua en esa esquina entre el instituto, la cola sales había un gimnasio ahí rancho que era famoso, ahí se daban todas las luchas de la gente, por el alza de la leche, en el transporte y salario bajos de los maestros, salarios del personal de salud y se daban todas las luchas por la libertad por los presos políticos, no sé eso desde cipota yo lo vi, entonces eso te va ayudando a la formación como la formación de mi mamá principalmente de compromiso hacia el prójimo  y luego la lucha social así fue que yo también trabajé en la revolución y luego después de la pérdida de los 90 me dediqué principalmente, porque llegue una organización campesina a trabajar con hombres y mujeres del campo, pero luego miraba pues la desigualdad de hombres aunque sean pobres siempre tiene más oportunidad que las mujeres y me dedique a trabajar más con las mujeres campesinas.

¿Fue la revolución Sandinista promotora realmente de los derechos de las mujeres?

Mira yo te voy a ser sincera, yo trabajé desde el 84 al 91 en lo que se llamó cuadros de frente sandinista, pero no se vio cómo se mira ahora los derechos,  mira toda la gente, mujeres, hombres jóvenes, todos  trabajando por sostener la revolución por defender la revolución y no por derecho digamos individuales, que atendían por ejemplo las organizaciones de mujeres como AMLAE, a las a las madres Caídos en un trabajo más bien de asistencia, asistencialista me entendés, de apoyo, es posterior que se viene a trabajando a partir de los 90 ya se viene trabajando por los derechos humanos de las mujeres con los derechos humanos de la Juventud, de la niñez y tiene que ver también con los avances de los derechos humanos en el mundo, que cogen más fuerza en los 90.

¿Qué te ha motivado hasta ahora, para continuar con este trabajo de acompañamiento a las mujeres rurales?

Lo que me ayuda es esa resistencia de las mujeres, aunque este en el suelo la cosecha, aunque hayan perdido con los huracanes del año pasado, vuelven a trabajar, vuelven a cultivar y vuelven a levantarse, es decir ese ejemplo que te digo de resistencia, hace que el compromiso se mantenga estemos ahí junto a ellas. Entonces eso también ayuda, es decir el trabajo colectivo y trabajo de las mujeres el esfuerzo de las mujeres la lucha por mejorar su vida, la lucha por tener aquel pedazo de tierra por sanar este pedazo de tierra, porque las mujeres con agroecología vienen sanando la tierra vienen cuidando la tierra y eso es lo que hace que también nosotras gestionemos proyectos que permitan recursos para contribuir al esfuerzo de las mujeres.

¿Siente María Teresa que ha logrado ver cumplido sus objetivos en el apoyo a las mujeres rurales?

Lo primero para mí es los niveles de empoderamiento de las mujeres, decir una mujer que el 2005 ni te miraba a los ojos, que se frotaba las manos, esa mujer es otra mujer hoy, es una mujer con un alto nivel de capacidad de reflexión, de aportes, de conciencia política, como decimos el feminismo todo lo personal es político, entonces eso es evidente, vemos los niveles de empoderamiento de las mujeres adultas y mujeres jóvenes. Una segunda parte es que ese poder que tienen ahora, ha hecho que sus organizaciones cooperativas se sostengan, estén unidas, estén trabajando y están fortaleciendo su unidad organizativa en la cooperativa y todo el trabajo que lo hacen a partir de ser una cooperativista. Entonces hemos fortalecido las cooperativas de mujeres en la que nosotras hemos estado apoyando y lo otro es ya partir de eso ha mejorado la calidad de vida de las mujeres familia eso es evidente.  Ahora cuál sería como lo más difícil que no hemos logrado que todas, que el 100% las mujeres que están organizadas mejoren su calidad.

La lucha por la tierra para las mujeres ha sido uno de los principales trabajos de las cooperativas ¿cómo va este proceso?

Siempre, para empezar, decimos que jamás se implementó la ley 717, que hubiera permitido que al menos media manzana de tierra tuviera las mujeres. Nosotras vamos a continuar trabajando y decimos que en algún momento le pondrán fondos a esa ley y las mujeres se puedan beneficiar. Eso es como lo que no hemos logramos desde el 2012 que se aprobó la ley, hasta el 2019 que dejamos de trabajar, así como luchando por qué se apliquen fondos del presupuesto general de la república no se logró, pero pensábamos que si es posible otro momento ahora estamos en una situación muy difícil, sumado a la pandemia que está violenta, la gente tiene que cuidarse ahorita se está tratando de no salir mucho para evitar riesgos porqué en las comunidades está instalado también el covid.

¿Qué podrías decirles a las mujeres en estos momentos difíciles en Nicaragua?

Estamos en una situación muy compleja muy difícil, lo primero es este llamado a las mujeres organizadas, pero también a todas las mujeres en el campo y a todas las familias que tengan la oportunidad de escuchar este mensaje, que se cuiden, que tomen todas las medidas de seguridad para mantener la salud para no contagiarse o para no contagiar a sus familias. Lo segundo es para las mujeres organizadas y para todos en general que mantengamos la unidad que mantengamos trabajando, mantener esa fuerza esa resistencia, porque si a veces antes de tantas cosas que pasa este nos podemos desanimar, pero hay que buscar ánimo para seguir adelante. Tengamos mucha fuerza pues para salir adelante, para para todas las situaciones complejas que estamos viviendo todas las dificultades, mantener la unidad familiar, la unidad organizativa, la unidad en la comunidad de tal manera que podamos continuar.

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