Las últimas lluvias han provocado daños en asentamientos y barrios de Chinandega. Entre las zonas afectadas se encuentra “La Línea”, donde las familias habitan en champas apenas cubiertas con plástico y ripios.
Algunos hombres pero en su mayoría mujeres, recibieron ayuda económica y alimentos. Es una donación de Katy Jarquín y Marvin Samayoa, propietarios de la Finca Samayoa, ubicada del Liceo Agrícola, dos kilómetros hacia el sur, en el municipio de Chinandega.
Juana del Socorro Gutiérrez, administradora de la finca, informó que beneficiaron a 150 familias con víveres y dinero en efectivo, donde no cuenta exactamente la cantidad, sino la voluntad de quienes no son indiferentes a la necesidad de sus vecinos.
“Estamos entregando comida y algo de dinero para estas familias que se han inundado con la lluvias. Gracias a estos benefactores que están contentos con apoyar“ destacó Gutiérrez, quien se esforzaba por hacer una entrega ordenada a madres solteras, ancianas y mujeres desempleadas.
Lucrecia Petrona de 65 años años recibió un saco con víveres “la verdad la situación está dura y es la segunda vez que me apoyan. Estoy muy agradecida, porque usted sabe cómo cuesta comer hoy en día” expresó esta mujer de la tercera edad.
Igualmente contenta estaba Karla Vanesa López Avelares, quien habita desde hace varios años en el reparto Rosario Murillo “yo hoy le doy gracias a Dios por todas las bendiciones que ha derramado sobre la familia Samayoa y esto les permite ayudarnos. Aquí llevo un sobre y aunque vamos adivinando cuánto hay dentro, no importa, algo que nos regalen es para nuestras casa y para nuestra comunidad que toda la vida ha sido abandonada” dijo emocionada Karla López.
Otros trabajadores de la finca y comunitarios se suman a la organización de estas actividades que animan a pobladores de este asentamiento.
El día de la niñez y la época de navidad son otras fechas especiales en que se dona alimentos u otros artículos de utilidad a las familias.
Entre el grupo organizador se encuentra la guatemalteca María Esperanza Meneses, madre de Marvin Samayoa “Que Dios bendiga a mi hijo Marvin que hace esto por los necesitados, que Dios lo aguarde donde este se encuentre”, es la principal súplica de esta mujer, que se encuentra orgullosa de la obra que emprenden.
Katy Jarquín y Marvin Samayoa adquirieron su propiedad en Chinandega hace cinco años. Las obras sociales las emprenden desde hace cuatro. “Los dueños de esta propiedad quisieran comprar un terreno para construir un cancha de fútbol y un taller de repostería y costura. Esperamos que los dirigentes nos apoyen porque aquí no hay lucro, ni religión , ni nada, todo es apoyar a las familias” agregó la administradora de la finca.